No quiso Dios la muerte, no la quiso,
Jamás determinó que lo mataran;
El Padre de la vida, vida quiere y el Hijo de su amor, amor exhala.
No quiso Dios la muerte y lo matamos, le dimos Cruz al Hijo, la palma del martirio, y allí en la Cruz se vio que fue más grande el amor loco de Dios, que la culpa humana.
No quiso Dios la muerte… y consentía, y ver morir al Hijo contemplaba:
moría por amor el Hijo amante y aquel amor tan solo nos salvaba.
No quiso Dios la muerte y lo matamos, le dimos Cruz al Hijo, la palma del martirio y allí en la Cruz se vio que fue más grande el amor loco de Dios, que la culpa humana.
Amor fue lo que quiso el Padre bueno,
y a impulsos de su amor él nos creara;
amor fue el testamento, amor la señal,
amor será el examen de la Pascua.
No quiso Dios la muerte y lo matamos,
le dimos Cruz al Hijo, la palma del martirio,
y allí en la Cruz se vio que fue más grande
el amor loco de Dios, que la culpa humana.
Vivir en el amor con hondo abrazo,
amando y perdonando a quien le mata:
así Jesús ha amado y redimido y tal es el camino que nos traza.
No quiso Dios la muerte y lo matamos,
le dimos Cruz al Hijo, la palma del martirio,
y allí en la Cruz se vio que fue más grande
el amor loco de Dios, que la culpa humana.
¡Oh Cristo de la Palma, amado amante,
amando fue cumplida la esperanza:
recibe el homenaje de la Iglesia, entero el corazón y la alabanza.
No quiso Dios la muerte y lo matamos,
le dimos Cruz al Hijo, la palma del martirio,
y allí en la Cruz se vio que fue más grande
el amor loco de Dios, que la culpa humana.
Santísimo Cristo de la Palma:
Te hablamos humildemente a ti que estás crucificado.
Reconocemos que sufriste mucho
y que estamos endeudados contigo para siempre.
Te agradecemos el habernos salvado
a través de tu dolor aplastante, de tus tantas heridas, de tu extremo cansancio y agonía, de tu preciosa sangre derramada, de tu dificultad para respirar y de tu sudor y lágrimas.
A través de tu paciencia misericordiosa, de cada esfuerzo que hiciste. de tu ofrecimiento total por nuestros pecados y por los del mundo entero.
Santísimo Cristo de la Palma:
En tu cuerpo crucificado colocamos nuestro pecado, nuestras enfermedades y las de la gente por quienes rogamos, puesto que tu sufriste por nuestros sufrimientos y pagaste por nuestros pecados.
Haz que aprendamos a escucharte siempre con todo nuestro ser y que, a imitación de tu madre y nuestra, María, guardemos tus palabras para meditarlas en nuestro corazón como buenos discípulos y seguidores tuyos.
Concédenos que, llena nuestra vida de la tuya
acertemos a comunicar con obras y palabras
a nuestros hermanos lo que hemos visto y oído.
Sólo así seremos testigos de tu reino y viviremos con fidelidad la vocación a la que tú nos llamas cada día.
Amén.
La Oración al Stmo. Cristo de la Palma fue escrita por D. Antonio Díaz Tortajada en mayo de 2009, siendo Consiliario de la Hermandad y Párroco titular de la Parroquia de Santa María del Mar.
El Himno al Stmo. Cristo de la Palma fue escrito, también, por D. Antonio Díaz Tortajada en 2010. La música fue compuesta ese mismo año, para guitarra, por el peruano Jose Matías Minaya,
Puede escucharse en el enlace multimedia que aparece en la parte superior.